Uno de los sueños más ambiciosos de un coleccionista de originales es tener un cómic completo. Pero no uno cualquiera, sino alguno que sea especial por algún motivo. E aquí la componente fetichista del coleccionismo de comic art. En mi caso un personaje especial, una historia especial y un autor igualmente especial se unen especialmente en la historia de The Incredible Hulk #262, mi especial regalo de cumpleaños de este año.
Otro día, con más tiempo, hablamos de este personaje, de esta historia y de este autor. Y de la anécdota que esconde una de sus páginas.
Splash page perteneciente a The Incredible Hulk #262,
obra de Sal Buscema (lápiz y tinta)
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