En 1968 Franquin dejó las aventuras de Spirou y Fantasio en manos de un joven y desconocido fan del personaje, Jean-Claude Fournier, quien le otorgaría un aire más juvenil y moderno a la serie, amén de un palpable sentido ecologista y una actitud más crítica. A lo largo de sus nueve álbumes crea nuevos personajes como Ororéa o Itoh Kata, y recupera otros como Zorglub o Zantafio.
Página original de El Ankú (1976), uno de sus álbumes más celebrados,
donde Fournier trató el controvertido tema de las centrales nucleares.
De hecho, Fournier dejó Spirou para retomar las aventuras de Bizu, una creación suya de 1967 dirigida al público infantil y en la que quedaban aún más patentes sus preocupaciones naturalistas
De hecho, Fournier dejó Spirou para retomar las aventuras de Bizu, una creación suya de 1967 dirigida al público infantil y en la que quedaban aún más patentes sus preocupaciones naturalistas
Des haricots partout (Judías por doquier, 1980),
conclusión de la anterior aventura -Kodo, el tirano-,
conclusión de la anterior aventura -Kodo, el tirano-,
último de la etapa Fournier.
En 1979 se produce otro relevo y Raoul Cauvin (guión) y Nic Broca (dibujo) serían los nuevos autores elegidos. Sin duda, es considerada esta breve etapa -sólo tres álbumes- la más olvidable -y olvidada- de la serie. Uno de los motivos -sin entrar en cuestionar o comparar las cualidades artísticas de Broca respecto a sus antecesores- podría achacarse a la (inexplicable) negativa de la editorial a que aparecieran ninguno de los personajes secundarios.
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