martes, 24 de abril de 2012

El caso de DYLAN DOG, investigador de lo insólito


Dylan Dog es una creación del guionista Tiziano Sclavi (Zagor, Martin Mystere, Mr. No) para la editorial de Sergio Bonelli y un título de culto en Italia. El primer número -aparecido en Italia en octubre de 1986- se titulaba El alba de los muertos vivientes y fue publicado en España por Zinco a finales de los 80. El dibujante de aquel mítico (en Italia) número fue Angelo Stano, sin duda, uno de los mejores artistas que ha trabajado en Dylan Dog. Stano, a lo largo de los ya más de 300 números de la serie, sólo se ha encargado del dibujo de una decena de ellos -álbumes especiales incluidos-, aunque ha sido portadista casi oficial de la misma tras la marcha de Claudio Castellini.

Sin embargo, tal vez no haya sido el aspecto gráfico -y sin desmerecer a grandes autores como Corrado Roi, Corrado Mastantuono, Giampiero Casertano o incluso Bruno Brindisi y Luigi Piccatto- lo que ha convertido a esta serie en un elemento de culto en Italia. Novedosos elementos argumentales del personaje, giros constantes en la trama con situaciones inesperadas, el poso de cultura popular y guiños de todo tipo (pulp, cinematográficos, leyendas urbanas, il giallo, etc.) son algunas de las claves del fulgaurante éxito de Dylan Dog en el país transalpino. Fundamentos de base que ideó en primer lugar Sclavi, y que sabiamente han dilatado el resto de sus guionistas con mayor o menor fortuna. Así tenemos historias -siempre fantáticas, argumentalmente hablando- escritas por Alfredo Castelli, Claudio Chiaverotti, Mauro Marcheselli, Giuseppe Ferrandino, etc.

No obstante, esta aparente fórmula de éxito no ha funcionado en nuestro país. Este título, Dylan Dog -y en general el de las series Bonelli- ha pasado bastante desapercibido. Tras el ya comentado e infructuoso intento de Ediciones Zinco, Co&Co editó diez  álbumes -concretamente los números del 8 al 17 de la serie original- en formato gigante a lo largo de 1994. Después un parón. Y después Aleta lo volvería a intentar y casi ininterrumpidamente desde 2004 está publicando varias cabeceras estrella de la editorial Bonelli con mayor o menor éxito y es que, al contrario que en su país de origen, los títulos Bonelli no terminan de cuajar en España.

En el cine tampoco le ha ido demasiado bien. Ha habido dos adaptaciones cinematográficas. La primera en 1994 cuando Michele Soavi realiza una irregular adaptación a partir de la novela homónima de Sclavi Dellamorte  Dellamore -retitulada aquí en España como Mi novia es un zombi (¿!). Aun siendo bastante fiel al espíritu y al universo de Dylan Dog, lo más destacable (y recordado) del filme son las muy explícitas escenas de sexo y los agradecidos planos de desnudo integral de la actriz italiana Anna Falchi -estrella sexual por entonces-. En 2009 hubo una segunda adaptación cinematográfica aún más irregular, Dylan Dog: Dead of Night, más sosa y aburrida, y que por tener no tenía ni sexo.

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