Aquel número #362 se abría con esta splas, la págína soñada por Pablo Díaz. Él mismo nos cuenta por qué:
Enseguida me puse a ojearlo y en principio no me causó muy buena impresión el dibujo. Tenía un trazo muy descuidado, como hecho con prisas. Nada que ver con el estilo de John Buscema que más me gustaba en Conan, tan detallista (yo entonces no sabía que mucho se lo debía al entintado de Ernie Chan). No, lo de Thor no tenía nada que ver. Pero aun así me empezó a gustar ese tebeo al encontrarme en sus páginas con tantos guerreros asgardianos, y es que el mundo de los vikingos siempre me ha interesado. Por algún motivo, siempre pensé que las aventuras de Thor transcurrían en la tierra, pero aquello era otro lugar que nada tenía que ver con la tierra. Y pasando las páginas me encontré con la que es objeto de mis sueños.
La impresionante splash (al menos para mí lo fue) con que empezaba el número 362. Me cautivó ese plano general con el descomunal barco y su imponente y aterrador mascarón al que se dirigían los asgardianos, mientras al fondo se veian como hormiguitas a los que trabajaban en su construcción. Tal fue la impresión que, sin haber comenzado la lectura del tebeo, no pude evitar leer esa página para saber que demonios era esa embarcación. Y Thor lo explicaba bastante bien: era un barco construido con uñas de muertos, y sobre el que navegarían éstos algún día para destruir a los dioses. Y leer tal cosa disparó mi imaginación y me hizo fantasear con la magnitud que tendría esa batalla cuando se produjese; e incluso me hizo soñar con una futura película del personaje en la que aparecería ese barco y esa batalla.
Y así, gracias a esa página y a su imaginación, Walt Simonson se ganó mi respeto para siempre. Me releí varias veces ese tebeo aquel verano, y a veces lo cogía solo para echar de nuevo un vistazo a ese barco y leer una y otra vez aquella descripción que tanto desataba mi imaginación con toda clase de imágenes épicas."
"Fue hace muchos años, cuando ni se me había ocurrido coleccionar tebeos, y los únicos que conocía eran los que llegaban al kiosko de mi barrio, de los que compraba uno cada tres o cuatro meses, o más.
Por aquella época mi familia y yo nos ibamos a veranear al pueblo de mi padre, uno muy pequeño situado en Toledo. Tan pequeño era que no tenía de nada para entretenerse, ni siquiera televisión. Tan solo había dos vecinos que tenían tele. Así que yo siempre me llevaba tebeos y algún libro como entretenimiento. Y en uno de esos veranos, el mismo día que nos ibamos para allá, mi hermana tuvo que salir a hacer la compra, y aproveché la circunstancia para pedir a mis padres que la diesen dinero para comprarme un tebeo, porque los que iba a llevarme ya los tenía muy vistos. Mis padres accedieron y como yo tampoco sabía qué titulos había, lo dejé a la elección de mi hermana, que de tebeos no sabía nada, pero que al volver lo hizo con un tebeo de Thor, el primero que tuve, y que incluía el número 361 y parte del 362. Aquella práctica tan habitual de los primeros años de Forum.Enseguida me puse a ojearlo y en principio no me causó muy buena impresión el dibujo. Tenía un trazo muy descuidado, como hecho con prisas. Nada que ver con el estilo de John Buscema que más me gustaba en Conan, tan detallista (yo entonces no sabía que mucho se lo debía al entintado de Ernie Chan). No, lo de Thor no tenía nada que ver. Pero aun así me empezó a gustar ese tebeo al encontrarme en sus páginas con tantos guerreros asgardianos, y es que el mundo de los vikingos siempre me ha interesado. Por algún motivo, siempre pensé que las aventuras de Thor transcurrían en la tierra, pero aquello era otro lugar que nada tenía que ver con la tierra. Y pasando las páginas me encontré con la que es objeto de mis sueños.
La impresionante splash (al menos para mí lo fue) con que empezaba el número 362. Me cautivó ese plano general con el descomunal barco y su imponente y aterrador mascarón al que se dirigían los asgardianos, mientras al fondo se veian como hormiguitas a los que trabajaban en su construcción. Tal fue la impresión que, sin haber comenzado la lectura del tebeo, no pude evitar leer esa página para saber que demonios era esa embarcación. Y Thor lo explicaba bastante bien: era un barco construido con uñas de muertos, y sobre el que navegarían éstos algún día para destruir a los dioses. Y leer tal cosa disparó mi imaginación y me hizo fantasear con la magnitud que tendría esa batalla cuando se produjese; e incluso me hizo soñar con una futura película del personaje en la que aparecería ese barco y esa batalla.
Y así, gracias a esa página y a su imaginación, Walt Simonson se ganó mi respeto para siempre. Me releí varias veces ese tebeo aquel verano, y a veces lo cogía solo para echar de nuevo un vistazo a ese barco y leer una y otra vez aquella descripción que tanto desataba mi imaginación con toda clase de imágenes épicas."
Portada Forum que contenía tanto el #361 como el #362 USA.
Qué curioso. Acabo de descubrir que esa historia la sacó Forum con dos títulos distintos: "Como un murcielago de Hel" y "Como alma que lleva Hela". El segundo es el que lleva en el tomo recopilatorio, y con otro tipo de letra.
ResponderEliminarAparte de ser grandiosa la página es curioso como nos movemos por la parte emocional, quiero decir que aparte de la calidad lo que hace grande una página es el momento de leerla y los recuerdos que nos inspiran.
ResponderEliminarGran eleccion Pablo
Y que lo digas Araganboy, el elemento sentimental es indispensable para podernos decidir por una entre miles. Es lo que hace que sea especial la pieza elegida.
ResponderEliminarPor cierto, ya que no puedo tener esta página, se me acaba de ocurrir hacerme yo mismo una recreación, que me sale más barato. Y además voy a hacerla en óleo.
¡Pues ya la enseñaras!
ResponderEliminarEfectivamente, el componente nostálgico tira cantidad, pero ya sé de alguno que ha ido más a lo artístico y lo formal. Y al hecho de grandes historias contadas por grandes guionistas, ¿lo adivináis? Bueno, mañana viernes lo sabréis todos...
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