Todavía a estas alturas, mantenemos una idílica (y falsa) imagen de la Editorial Bruguera. Nuestras nostálgicas mentes de aquel neopúber imberbe e inocente que leía tebeos -no cómics, ojo- comprados en el kiosco por papá y/o mamá, nos aleja muchas veces de la (dura) realidad. Es cierto que la gran cantidad de títulos y personajes fabricados en Bruguera daba trabajo a una cantidad ingente de profesionales del medio, pero también es verdad que mantenía
unas condiciones esclavistas con sus autores y demostraba una absoluta falta de respeto hacia las obras "producidas" en sus oficinas.
A parte de tratar a sus empleados casi como meros oficinistas, no tenían -por supuesto- derecho de propiedad de los personajes que habían creado y sus trabajos se reeditaban sin permiso o retribución económica alguna. Y si se quería reutilizar una página como portada y "sobraban" viñetas para ello y era preciso meter tijeras, pues tijeretazo que se metía y se acabó el problema. Una prueba de ello la tenéis en esta otra entrada y dos pruebas más a continuación.
A parte de tratar a sus empleados casi como meros oficinistas, no tenían -por supuesto- derecho de propiedad de los personajes que habían creado y sus trabajos se reeditaban sin permiso o retribución económica alguna. Y si se quería reutilizar una página como portada y "sobraban" viñetas para ello y era preciso meter tijeras, pues tijeretazo que se metía y se acabó el problema. Una prueba de ello la tenéis en esta otra entrada y dos pruebas más a continuación.
La imagen superior muestra una historia de Angelito publicada en el número 170 de Tío Vivo, segunda época, de 1968. Bajo estas líneas tenéis el original de esa misma página a día de hoy. Aunque más bien tendríamos que precisar que "lo que queda" del original. Es curioso y han desaparecido (mutilado) las viñetas donde aparece uno de los personajes principales de la historia, el pescador.
Más grave, si cabe, aún es (lo que queda d) el original de esta segunda aventura de Angelito. Sí, habéis leído bien, estas dos viñetas es lo único que se conserva de una historia publicada en Tío Vivo, 2ª época, nº 395. También de 1968. Probablemente se trate del descarte de una página remontada como portada para la tercera época del Tío Vivo.
Pero no pensemos que esta (des)consideración hacia las obras originales de los autores era una exclusividad de Bruguera, en los USA tampoco nadie pensaba que fuera una forma de arte...
Muy interesante..... qué país!
ResponderEliminar