A mediados de los años 40 reaparece formalmente "Pulgarcito", después de unos años de zozobra y escasez en los que, a causa de la Guerra Civil, había acudido de una manera esporádica. Inmediatamente se incorporaron a la plantilla de colaboradores una serie de nuevos valores, entre los que pronto brillarían con luz propia Peyarroya, Giner, Cifré, Conti y Escobar, llamados después "los cinco grandes de la historieta".
Esta generación de dibujantes sustituiría a la de Urda -decano de los dibujantes de humor españoles, que continuará colaborando en Pulgarcito-, Niel, Donaz, Vinaixa, etc., imprimiendo un nuevo estilo a la revista y creando un modelo de historieta que es, salvo algunas diferencias de diagramación y tipográficas, la que hoy conocemos.
A finales de los años 50, estos cinco ases del cómic dejaron la Editorial Bruguera con la intención de lanzar una revista y, a través de ella, sacar el máximo partido a sus cualidades individuales. De su aventura nació "Tío Vivo", pero duró poco en manos de su primer editor y pronto fue absorbida por Bruguera, donde los cinco grandes la continuaron en mejores condiciones.
Tras ellos vendría la generación de los años 60: Vázquez, Ibáñez, Raf, Nadal, Gin, Íñigo, etc. Escobar y sus compañeros fueron sus maestros indiscutibles.
Volviendo a los cinco grandes de la historieta, Escobar comentaba respecto a Guillermo Cifré: Lo que más llamaba la atención era el dinamismo de sus monigotes, que no hacían más que reflejar su manera de ser: era un verdadero torbellino, inquieto, activo y, como creador, incomparable.
Sobre el grupo en general Escobar comentaba: "Éramos más que compañeros, socios y amigos. Nos llevábamos estupendamente y de esa camaradería surgieron cientos de chistes".
Texto (adaptado) de "Los cinco grandes de la historieta" (Escobar, rey de la historieta, Editorial Bruguera, 1984)
Página original de la serie DON FURCIO
BUSCABOLLOS dibujada a lápiz y tinta por Guillermo Cifré. A juzgar por
algunas notas editoriales de la parte posterior puede interpretarse que
fue publicada por Editorial Bruguera en en "Tío Vivo" número 8 (1961), y
tal vez anteriormente en Pulgarcito número 248 (1958).
Nota: En el cómic de Paco Roca, "El invierno del dibujante" (Astiberri, 2010), recoge ese intento -frustrado- de los cinco grandes por crear una revista, Tío Vivo, ajena a las condiciones esclavistas e injustas que dictaba Bruguera.
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