No podemos calificar de otra manera que de irregular y algo decepcionante el trabajo de aquel trío patrio formado por Rafael Marín, Carlos Pacheco y Jesús Merino en la serie regular de Los 4 Fantásticos.
Muchos factores, la verdad, influyeron en ello como los continuos cambios de dibujantes a mitad de arcos argumentales y sin ningún tipo de justificación (ahora Joe Bennet, ahora Stuart immonen, ahora un anual por Kevin McGuire, ahora un tal Jeff Jonson), tijeretazos y mil cambios y rectificaciones en los argumentos aquí y allí -Jeph Loeb poco a poco fue añadiendo más y más de su cosecha a los argumentos- hicieron que la aventura americana de estos tres gaditanos no terminara en muy buen puerto.
Sería también de justicia señalar que el producto final, irregular y algo decepcionante, tal como hemos comentado al inicio, se debió a que al final pasaron tantos nombres y se tomaron tantas decisiones que los tres responsables de la serie pasaron a un segundo plano. Hubo un momento que casi parecía testimonial su presencia o el mero nombre en los créditos.
El desembarco de Marín-Pacheco-Merino se produjo en el Fantastic Four #35 (noviembre de 2000) -tras la etapa de Chris Claremont y Salvador Larroca- y se prolongó hasta Fantastic Four #48 (enero de 2002), heredando Karl Kesel, el nuevo guionista de la serie, los argumentos de Marín y Pacheco hasta el #54.
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