Corrían los años 30 del siglo pasado y el tebeo vivía tiempos mejores, era un muy popular medio de masas y su salud era envidiable. No existían ni salones ni evento alguno relacionado con el cómic, pero el TBO tenía una tirada de 140.000 ejemplares ¡¡¡semanalmente!!! Estas -impensables hoy en día- tiradas las heredarían otras publicaciones de la Editorial Bruguera. Hoy un día vender 2000 ejemplares de un cómic significa éxito de ventas, y esa cifra sólo la ven ilustres del medio. ¿Qué ha pasado entre medias? ¿La culpa sólo se la tenemos que achacar a los videojuegos, internet o que los niños no leen ya? Mi teoría -probablemente equivocada- sea que el cómic se ha automarginado y ha querido dejar de ser "popular" para enclaustrarse en una especie de club selecto y cerrado. Los quioscos han dejado paso a las tiendas especializadas, y los cómics ya no van buscando a sus lectores, hoy los lectores tienen que buscar los cómics.
Portada del TBO nº818 (1933),
y original de esa misma portada, obra de Maurice Cuvillier