"Ha muerto tu amigo Bernie". Con esta frase me he despertado hoy. Y es que así te llamaba, sí, eras "el amigo Berni". Con cariño, pero con aún mayor admiración. Junto a Richard Corben y John Byrne eras uno de mis autores favoritos. Todo lo que se publicaba de ti caía en mis manos, y era releído y releído repetidamente. No sé cuantas veces habré disfrutado de tus historias clásicas en Creepy y Eerie, la historia de El gato negro era una de mis preferidas de tu etapa Warren; las portadas para House of Mystery, tus primeros trabajos; tu versión de La Cosa del Pantano, incompleta pero en glorioso blanco y negro; tu Feria de Monstruos, junto a Bruce Jones con el que colaboraste en tantas ocasiones; aquellos álbumes clásicos de Toutain, maestro del terror... Sería indescriptible explicar el disfrute absoluto de sumergirse en las entrañas de Frankenstein con tus deliciosas ilustraciones.
Cuando empecé a coleccionar originales, jamás pensé que podría admirar alguna de tus páginas en vivo, que podría rozarla entre mis dedos, palparla, estudiarla milímetro a milímetro... Colgar alguna de ellas en la pared. Y hoy, haciendo repaso, me doy cuenta que eres uno de los autores del que tengo más originales colgados en casa.
Hoy tocará releer alguna de tus viejas y terroríficas historias. Probablemente empiece con el álbum Badtime Stories o puede que revise tu adaptación del filme de George A. Romero, Creepshow. Hoy, sin duda, todas estas historias serán más tristes que terroríficas. Descansa en paz, amigo...