lunes, 8 de febrero de 2010

La gran mentira del arte


"El mundo se va desintegrando en la glaciación del dinero, pero aún quedan oligarcas agazapados que ponen en manos de los especuladores del mercado del arte 103 millones de dólares para que le lleven a casa un Giacometti con lazo. El hombre que camina, escultura del artista suizo que se alimentó de hambre y de tabaco en un galpón de la rue Hippolyte-Maindron de París, ha roto el cielo de las subastas.
El artista trabajó 40 años en un cuarto destartalado, sentado en una silla sin edad, rodeado de seres de yeso como estalagtitas. Una gramática de sangre delgada, como árboles quietos. Era rico como un pobre. Hoy sólo es una noticia de mucho tonelaje a cuenta de un desaprensivo capaz de pagar por una de sus obras un precio incalculable. Eso es el mercado, la congestión de fortunas, las bolsas de dinero que viajan, se esconden y huyen... Hasta que un día, en una subasta, sale todo el cieno de golpe. Esas cantidades suelen remitir a una injusticia, a una mafia, a un narco, a un mal pronóstico de la legalidad.
El arte, a esas alturas, es una sábana santa que blanquea blanquísimo un dinero que no acepta preguntas ni ofrece respuestas. Al calor de su brasa hay comisarios, galeristas, directores de museos, financieros y pícaros con cuello de porcelana. Los mercados del arte (oficiales y furtivos) son una mentira muy bien remunerada, hecha de silencios, de penumbras, de falsos exquisitos, de intereses creados. La especulación con silenciador. La pieza era patrimonio de un banco alemán, Dresdner Bank. Así que esta hazaña tan cacareada puede que no sea más que un ajuste de cuentas. Lo de menos aquí es la maravillosa escultura. Se ha vendido un Giacometti a precio brutal porque se ha conseguido previamente ese dinero de modo brutal. No se trata de adquirir una pieza inestimable, sino de buscar argumento para justificar un escandaloso negocio.
La inmoralidad es parte del pacto. Aquí sólo se admiten socios con piel de sapo. Ricos y codiciosos que se tratan entre ellos como animales sagrados. ¿Quién puede aceptar que alguien desembolse por un Giacometti 103 millones de dólares? O como apuntaba con inteligencia Vicente Verdú: ¿Por qué no la mitad? ¿O el doble? ¿Quién marca el valor deaquello con consideramos fundamental por inútil? Las cajas secretas de algunas fortunas se disimulan detrás de picassos y vangoghs. Creen así proteger el arte.
Los narcos de los 90 profesionalizaron esta técnica. Al final el arte no les debe nada."

Artículo de opinión de Antonio Lucas, publicado en el suplemento CRÓNICA del periódico EL MUNDO (7/02/2010)

4 comentarios:

  1. Yo cuando veo los precios de salida que ponen en las subastas europeas de originales de comics me da risa. Tienen a los autores europeos, muchos de ellos mediocres como la octava maravilla, con precios de salida carisimos.

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  2. Desde luego los autores BD son la leche de caros, pero también hay que pensar que su producción es muy distinta a la de las grandes series de Marvel o DC. También los acabados son distintos, hay más trabajo en colores, las ediciones son de mejor calidad. Aunque estoy muy de acuerdo contigo en que hay autores con precios sin sentido. Esto me recuerda una cachonda entrevista en Punto Radio en que comparaban el trabajo de Larroca y el de Paco Roca; se cachondearon un poco (todo de coña porque periodista y tertulianos son muy colegas): ¡ coño Paco, Salva se curra un tebeo al mes y tú uno al año, ¿ pero tú a qué te dedicas?!. Por otro lado, lo de esta estatua suena a coña, a blanqueo de pasta y a vergüenza ajena.

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  3. Perdonad que esta vez, y sin que sirva de precedente, me atreva a afirmar que estoy en posesion de la verdad, pero es que creo que es asi...
    En el coleccionismo del arte, de originales de comics, de objetos de cine, de LO QUE SEA... el que tiene dinero, solo compra lo mas caro que se puede permitir, y llega un momento en el que se convierte en una carrera para ver quien tiene lo mas caro de su nivel. Ya da igual que la cosa empezase porque te gusta el arte, te apasionan los comics, el cine... llegado determinado nivel de riqueza se convierte en una competicion de a ver quien la tiene mas larga.

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  4. Sigo pensando en esto. Esta venta es lo peor que le ha podido pasar a esta pieza, y a la obra de su autor en particular. Desde este momento, de manera inmutable, cada vez que se hable d eta pieza, que se vea en directo, que se comente, siempre va a ser la pieza mas cara vendida hasta este momento. El valor artistico de la escultura va a ser secundario, si no irrelevante. Entre el publico en general, el comentario habitual va a ser "no lo entiendo" o "?esto vale tanto dinero?" Entre el publico millonario, por supuesto, merece la pena, y es una buena compra, que pieza mas buena para la coleccion... cualquier otra obra del artista va a ser "otra pieza delartista que vendio la escultura mas cara..." En cuanto a "marketing" estupendo, pero en cuanto a prestigio, su reputacion ha quedado arruinada. Una lastima que ocurran estas cosas.

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