Era un mes de junio de 1982, casi estaban por llegar las vacaciones de verano, y aquel chaval tendría nueve años. Iba con su madre camino del médico... o acaban de salir de la consulta y volvían a casa. Pero recordaba que por el camino se pararon en un kiosco y ella le compró un tebeo. No, era un cómic. Aquello no se parecía en nada a los Mortadelos, los Jaimitos o Tintines que había leído hasta ese momento. ¡Aquel fue su primer cómic de superhéroes! Aunque él aún no lo sabía... Ese tebeo tenía un formato extrañamente pequeño y la portada era muy llamativa toda amarilla. En ella se veía a una mujer aterrorizada sosteniendo en sus brazos a un chaval ¡de su edad! al que le brillaban los ojos. ¡Jo! Detrás de ellos se veía una escena de acción con un tipo ¿¡de piedra?! Y otro cayendo por una ventana con los brazos estirados. Exageradamente estirados... En una esquina se leía Pocket de Ases y el título de aquella locura de tebeo, Los 4 Fantásticos. ¿Cómo le compró su madre aquello? Y, más extraño aún, ¡¡pagando 175 pesetas!! Entonces se acordó, ahora sí, del mal trago que había pasado en la consulta del médico...
Al abrir el cómic lo primero que le llamó la atención fue el dibujo. Los dibujos, ponía, eran de un tal John Buscema & Joe Sinnott. No entendía muy bien qué significaba eso. Y mucho menos quién o quienes eran esas personas. ¡¡Iba a cumplir sólo nueve años!! Eso sí, le encantaba ese dibujo realista y preciosista. Y la cantidad de detallitos que tenía. Y la de cosas alucinantes que pasaban por sus ojos y no había visto jamás en un tebeo: un monstruo alado gigante, un niño que parecía tener superpoderes, unos tipos en motos voladoras,... Y había un castillo medieval, y unos indios del salvaje Oeste... y una especie de insecto con forma humana que daba mucho miedo y terminaba el cómic con naves espaciales y flotando todos ellos por el espacio.
Y aunque parecía un tebeo para mayores, le resultó fácil leerlo. Y releerlo. Y volver a releerlo una vez más. Por entonces aquel chaval no era consciente de las traducciones tan sintéticas e imaginativas que se gastaban por estos lares.
Aquel tomito de Bruguera le abrió las puertas a una universo nuevo y desconocido. Ni que decir que a este tomito le acompañaron otros de la misma colección con personajes igualmente desconocidos y fascinantes como Hulk, Conan o Los Defensores (¡cómo molaban!). Incluso cayó alguno de Mandrake y Flash Gordon. Luego vendría, no mucho después, otro recopilatorio aún más impactante que éste de Los 4 Efe, también de superhéroes, también a color, pero en un formato aún mayor donde se leía Patrulla X y, en pequeñito, Línea Surco. Pero esa es otra historia que le ocurrió al mismo chaval, pero otro verano distinto...
A mi me pasó lo mismo pero con un número de pocket de ases de Conan, aquello fué todo un descubrimiento, y ya no hubo marcha atrás..
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