"Así han despedido hoy a Miguel Gallardo sus compañeros de profesión, amigos y colegas de toda una vida. Sobre el ataúd, un cubo con lápices, rotuladores y otros útiles que permitieron a los suyos despedirle como merecía.
En la primera foto,como quedó el drakar en el que el vikingo Gallardo emprende su último viaje. En la segunda, el Maestro Beá dejando la despedida que le correspondía: un gato. La tercera, lo que el propio Gallardo decía ante la posibilidad de su muerte.
No fueron sólo los colegas del mundo del cómic; las redes dan hoy fe del inmenso cariño que el Capitán Gallardo despertaba entre sus lectores, agradecidos de haber tenido la ocasión de disfrutar unas obra abundante y variada.
Una obra que va del humor ácido y ácrata que destilaban sus personajes de primera hora (Makoki, Emo, el Niñato, el Buitre Buitaker, el Inspector Pectol, Perico Carambola, Perro Nick,, Pepeito Magefesa ...). al tono íntimista de la etapa final de su carrera:: la irrupción en su vida de su hija autista, María, que tanto iba a enseñarle y tanta felicidad iba a proporcionarle, las vivencias del padre durante la Guerra Civil y su postrero y estremecedor "Algo extraño me pasó camino a casa", en el que relata -desdramatizando con humor y como si aquello no fuera con él- la aparición del "boniato", el cáncer cerebral que acabó con su vida en dos años justos.
Este padre del underground español de los 70 fue, también,, un ilustrador de gran talento, un auténtico esteta como demuestran sus portadas para el New Yorker, La Vanguardia, El Pais, el Herald Tribune, el New York Times y otras grandes publicaciones.
Adíos, Miguel, Capitán Gallardo. Sentiremos tu ausencia, aunque seas inmortal, porque tu obra perdurará mas allá de lo que lleguemos cualquiera de los que tuvimos la suerte de conocerte."
(Texto del 24 de febrero de 2022 por Elias García publicado en Facebook)
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