Cuando se habla del mejor trabajo de John Byrne no existe unanimidad. Unos consideran su etapa en Los 4 Fantásticos como lo más destacado, otros, la que realizara junto a Claremont y Austin en The Uncanny X-Men; y, por último, otros, la creación de la nada del grupo canadiense Alpha Flight. Muy en cuarto lugar destacaríamos las aportaciones a las series protagonizadas por Superman o los diferentes trabajos en series como Los Vengadores, She-Hulk o aquella primeriza en Iron Fist.
Sin embargo, si tenemos que citar el peor trabajo de Byrne en estos treinta y tres años de carrera profesional, la cosa parece bastante clara: Lab Rats. Todos los defectos de Byrne (dibujo terriblemente descuidado, historia inverosímil desde su planteamiento inicial y un argumento estirado como un chicle que no sabe a nada) nos los encontramos reunidos aquí en esta serie que DC publicó a lo largo de 2002 y que sólo aguantó ocho números antes de ser cancelada.
Los que opinéis que Byrne ha realizado peores cosas, probablemente Lab Rats no la hayáis leído, y difícil será que lo hagáis. Al menos en español, ya que me parece bastante improbable que Planeta la publique algún día en España.
Sin embargo, si tenemos que citar el peor trabajo de Byrne en estos treinta y tres años de carrera profesional, la cosa parece bastante clara: Lab Rats. Todos los defectos de Byrne (dibujo terriblemente descuidado, historia inverosímil desde su planteamiento inicial y un argumento estirado como un chicle que no sabe a nada) nos los encontramos reunidos aquí en esta serie que DC publicó a lo largo de 2002 y que sólo aguantó ocho números antes de ser cancelada.
Los que opinéis que Byrne ha realizado peores cosas, probablemente Lab Rats no la hayáis leído, y difícil será que lo hagáis. Al menos en español, ya que me parece bastante improbable que Planeta la publique algún día en España.
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