jueves, 10 de diciembre de 2009

¿Me cambias un cromo?



Los coleccionistas de originales de cómics somos como niños que intercambian cromos de futbolistas, cartas de Yu-Gi-Oh!, Magic o Pokemon, pero a lo bestia. Tenemos la excusa de que el arte es una buena inversión, y eso hace que nuestras parejas toleren estos caprichos casi impunemente. Cuando algunos amigos que entienden de economía te preguntan si tienes acciones en alguna empresa, tú les muestras los originales colgados de la pared y les dices que ese es un General Motors, ese otro es un auténtico Telefónica, y aquel de allí, coloreado por el autor, es nada más y nada menos que un Inditex. Al final, hasta tus amigos economistas te dicen que la colección puede que sea una buena inversión, aunque en el fondo piensen que somos unos imbéciles.

De vez en cuando, algunos coleccionistas nos juntamos para presumir de dibujos originales y para morir de envidia viendo las obras de arte de otras colecciones. A veces, como si fuéramos niños, cambiamos cromos, trapicheamos con nuestros originales… “te cambio los cromos de Metzelder, Raúl y Cannavaro por uno de Messi”, “te cambio tres de tus originales de Flash Gordon por uno de Goomer”(hasta ahora nadie me ha hecho este cambio).

Me encanta ir a Barcelona a casa de Jordi Bernet y Amalia, porque sus gustos son muy similares a los míos. Como dibujantes, Jordi y yo priorizamos en nuestras colecciones una mezcla entre calidad del dibujo y la nostalgia por los tebeos de infancia. Así que, cuando voy a visitarle, me planteo qué cromo de la colección de Jordi me gustaría cambiarle por alguno de mis cromos: están sus originales de Johnny Hazzard de Frank Robbins, de los que tiene decenas (qué pedazo de dibujante era Frank Robbins). O quizás los que tiene de Scorchy Smith, de Noel Sickles. Claro que los de Terry y los piratas tampoco están mal. Pero a lo mejor debería concentrarme en sus decenas de Cisco Kid, del argentino José Luis Salinas, un dibujante al nivel de los mismísimos Raymond y Foster, incluso superando a estos en muchas facetas. Claro que, hablando de estos autores, sus originales de Rip Kirby y de Príncipe Valiente son una maravilla. Mmmm… Y qué hay de sus Wasg Tubos de Roy Crane, o sus Our Army At War de Joe Kubert, o las páginas de Neal Adams, de Wally Wood, o las ilustraciones de Flagg, Sullivant, Van Buren, etc., etc. Luego está su inmensa colección de dibujantes catalanes…

Para qué me voy a engañar, lo que realmente miro con codicia de la colección de Jordi son los muchísimos originales de un dibujante de excepción, que es él mismo. Sus originales de Torpedo, de Clara, de Batman y tantos otros son excepcionales. ¡Qué maestría con el pincel seco! ¡Qué envidia! Pronto iré a Barcelona, Jordi. Díme qué cromo quieres que te lleve, y tú vete apartando algún cromo de Torpedo."

Texto escrito por Ricardo Martínez, humorista y dibujante de Goomer, colaborador de el periódico El Mundo y coleccionista de art comic, publicado en el libro BERNET 50 años.


A propósito, hoy jueves ha comenzado Expocómic en Madrid con un stand dedicado a la venta de cromos. Los hay de Azpiri, Sanjulián, Tim Sale, Barry Kitson o Mark Buckingham...

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